“Nunca uses un humano para hacer el trabajo de una máquina”.
Esta lapidaria frase que pronuncia el Agente Smith en la película Matrix presagiaba un futuro remoto que, ya estamos viviendo.
La robótica ha llegado para quedarse… sobre todo en las empresas, para llevarlas de la mano a la era de la Industria 4.0
El uso de robots en la industria no es nada nuevo. La robótica industrial nació en Estados Unidos hace más de 60 años y su aplicación está muy extendida en diversos sectores: Alimentación y bebidas, mobiliario y equipamiento, transformación del plástico, el sector metalúrgico, automoción y componentes, químico y farmacéutico, entre otros. Lo que ha cambiado es la relación que humanos y robots construimos en la empresa. Si hace unos años lo habitual era encontrarse con grandes máquinas que requerían de las manos expertas de unos operarios y sólidas medidas de seguridad, ahora la robótica colaborativa y la miniaturización de los componentes electrónicos y procesadores han cambiado el escenario y los cobots -así se conoce a los robots colaborativos- trabajan con los profesionales sin necesidad de instalar vallas de seguridad. Son los nuevos compañeros de trabajo.
Marc Ollé, gerente de la Asociación Española de Robótica y Automatización (AER), recuerda que estos cobots “llevan la seguridad integrada como funcionalidad propia y permiten al operario realizar otras tareas que requieren mayores aptitudes, evitando así los trabajos peligrosos”. Lo que les convierte en los mejores especialistas para labores arriesgadas. Además, ofrecen un rápido retorno de la inversión, no necesitan técnicos especialistas para su montaje y puesta en marcha y se pueden reconfigurar para operar en diversos puntos de una línea de producción, lo que les hace óptimos para mejorar la productividad de las empresas.
Los cobots –robots colaborativos– permiten al operario realizar otras tareas que requieren mayores aptitudes, evitando así los trabajos peligrosos”, Marc Ollé, gerente de la AER.
Unas ventajas que se traducen en cifras. Según los últimos datos disponibles publicados por la Federación Internacional de Robótica (IFR), las ventas mundiales de robots industriales alcanzaron las 294.312 unidades en 2016, 40.564 más que en 2015. Y, en este contexto, España ocupa la 10ª posición en el ranking mundial y el 4º puesto en el mercado europeo. “Además, las ventas de robots industriales en nuestro país aumentaron un 4% en 2016 y alcanzaron las 3.919 unidades. Cifras que constituyen un récord histórico”, aplaude Ollé, quien explica esta mejora por el empuje del sector de la automoción.
Y el mercado parece imparable. Al menos para el gerente de AER, quien apunta que las previsiones de ventas a nivel mundial para el año 2020 superarán las 500.000 unidades, y serán los países asiáticos los que lideren este aumento.